Monturas específicas

Los niños necesitan monturas que no solo cumplan la función de mejorar su visión, sino que también respondan a las características de su edad. A diferencia de los adultos, los pequeños están en constante movimiento, corren, juegan y se exponen a golpes o caídas que pueden dañar fácilmente los lentes. Por eso, la elección de una buena montura infantil debe priorizar seguridad, resistencia y comodidad, sin dejar de lado la estética.

Otro factor relevante es la aceptación emocional: muchos niños no quieren usar lentes porque los ven como una obligación o porque sienten que los diferencian de sus compañeros. Para combatir esto, las marcas han diseñado monturas atractivas y divertidas, que convierten los lentes en un accesorio que los motiva a usarlos diariamente sin resistencia.

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Monturas para mayores

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En la etapa adulta, los lentes se convierten en un accesorio de uso casi permanente, ya que muchas personas los necesitan tanto para trabajar como para realizar actividades cotidianas. Por ello, las monturas deben ser cómodas, resistentes y fáciles de ajustar, garantizando que puedan usarse durante muchas horas sin causar incomodidad. Además, en esta etapa se valora mucho que los lentes tengan un diseño versátil: que puedan combinar tanto con la vestimenta formal de la oficina como con un estilo más casual de fin de semana.

Otro aspecto importante es la practicidad, ya que en la adultez es más común requerir lentes con cristales especiales, como bifocales o progresivos, que permiten una visión clara en distintas distancias. Esto hace necesario que las monturas estén diseñadas para soportar estos cristales sin perder ligereza ni comodidad. Al mismo tiempo, los adultos suelen buscar un toque de elegancia y estilo personal, prefiriendo monturas que transmitan seriedad, profesionalismo o modernidad, de acuerdo con su personalidad. En muchos casos, los lentes dejan de verse solo como una herramienta médica y se convierten en parte esencial de la imagen personal.